¿Se puede superar una infidelidad?

Superar una infidelidad es uno de los mayores desafíos que puede enfrentar una relación. Las emociones están a flor de piel y el camino hacia la recuperación puede parecer incierto y lleno de baches. Pero, ¿se puede superar una infidelidad? La respuesta es un rotundo sí.

Pero no será nada fácil, y hay ocasiones en las que a las personas no les compensa o no están preparados para pasar por las fases que este proceso requiere. Lo cierto es que con esfuerzo, comunicación, compromiso y, en la mayoría de casos, ayuda profesional, es posible reconstruir la confianza y revitalizar la relación. Aquí te contamos cómo. Imagina que tu relación es un hermoso muro de ladrillos, cada ladrillo representa un momento, una memoria y un acto de confianza. Una infidelidad es como un golpe devastador que derrumba una parte de ese muro. Sin embargo, no todo está perdido. Así como un muro se puede reconstruir, una relación también puede ser reparada.

FASE 1: Aceptar y reconocer los daños.

El primer paso para superar una infidelidad es aceptar lo que ha sucedido y reconocer el daño causado. Ambos miembros de la pareja deben estar dispuestos a hablar abiertamente sobre sus sentimientos y experiencias. Es como evaluar los escombros del muro derrumbado. ¿Cuáles son los ladrillos que aún están en pie? ¿Cuáles necesitan ser reemplazados?

En este punto la comunicación es fundamental. Si antes de la infidelidad existían problemas de comunicación será una fase aún más complicada, pero no imposible. Hay varios puntos que debemos trabajar para que esta comunicación sea efectiva y genere el menor daño posible dentro de la situación que, de por sí, ya implica mucho malestar. Uno de ellos es escuchar y validar lo que siente el otro. Si hablamos con intención de responder y no de entender será más difícil llegar a un entendimiento y aceptación de lo ocurrido.

En otras palabras, se trata de conseguir los planos de ese muro, para evaluar los daños que se han generado y planificar la reconstrucción. Tener notas acerca de los pensamientos, las preocupaciones del otro y las expectativas que tiene con respecto al nuevo muro. En estos casos se suele venir a la cabeza la palabra “confianza” y si, es un punto que puede estar muy dañado o incluso roto. Pero no el único. Es por eso que es fundamental dar información muy precisa y clara.

FASE 2: Establecer Límites y expectativas

Después de una infidelidad, es importante establecer nuevos límites y expectativas para evitar futuros problemas. Esto puede incluir mayor transparencia. Por ejemplo, si normalmente no permitimos que nuestra pareja tenga nuestras contraseñas o mire nuestro teléfono, en este punto es necesario que rompamos esa barrera, por lo menos de forma temporal, creando nuevos límites mucho más permisivos para, no solo asegurar con la palabra que la infidelidad ha terminado, sino también dar la oportunidad al otro de revisar que nuestra conducta va acorde a esas promesas.

Estos nuevos límites van a ir muy a la par con las expectativas que tengamos del nuevo muro. Pero siempre teniendo en cuenta que no es algo definitivo. Por ejemplo, en el caso de las contraseñas, cuando el daño esté reparado y tengamos un nuevo y sólido muro, podríamos volver a reformular los límites y volver a tener esa parte de privacidad, que, además, es importante conservar. Es decir, se trata de una situación excepcional en la que tendremos que flexibilizar muchas de nuestras ideas y límites que teníamos antes de la infidelidad.

FASE 3: Perdón y paciencia

Perdonar no significa olvidar lo sucedido, sino liberar el rencor para poder avanzar. Esta fase va a depender de muchos factores, entre ellos la personalidad de quien perdona, su flexibilidad cognitiva, empatía, madurez emocional, autoestima y control de impulsos.

Por otra parte, la persona que ha sido infiel en esta fase suele repetir una y otra vez cuánto lo siente y este perdón viene muy determinado por el nivel de culpa que existe (ya que hay varios tipos de infidelidades y es dependiendo de esto que el muro puede estar más o menos destruido). Aquí, la persona que ha cometido la infidelidad debe abandonar esa expresión de culpa constante para atender y entender las necesidades de la otra persona. Hay personas que necesitan oír continuamente esas disculpas en las fases iniciales y hay quien puede agobiarse y necesitar un espacio de reflexión. Es decir, se trata de atender a la persona que está perdonando y no disculparse continuamente para satisfacer un malestar interno. 

Además, es un proceso muy complicado que requiere paciencia. Esto último es crucial, ya que este muro no se reconstruye de la noche a la mañana. Se trata de trabajar en equipo, uno limpia los escombros y otro prepara nuevos ladrillos.

FASE 4: Reconstrucción activa

En esta fase ambos deben estar comprometidos a trabajar en la relación continuamente. Esto puede incluir terapia de pareja, tiempo de calidad juntos y esfuerzos conscientes para fortalecer la conexión emocional. Es la fase más complicada ya que requiere muchos matices que serán diferentes para cada relación. Pero si hemos logrado llegar hasta aquí, existen muchas posibilidades de reparar el daño.

Con paciente, trabajo personal y ayuda profesional, gradualmente el muro irá tomando forma y volviéndose sólido.

En conclusión, superar una infidelidad es posible con trabajo duro y dedicación. Al igual que reconstruir un muro, requiere esfuerzo conjunto, paciencia y un compromiso firme. Al final del proceso, no solo habrán superado la infidelidad, sino que habrán construido una relación puede que de forma más fuerte y resistente.

Recuerda, la clave está en la colaboración y la voluntad de ambos para sanar y crecer juntos. Si estás pasando por esto, no dudes en buscar apoyo profesional y hablar abiertamente con tu pareja. Pide tu primera sesión gratuita en www.confortmental.es ¡Sí, se puede superar una infidelidad!

DEJEMOS DE EVITAR LOS CELOS, 3 CONSEJOS ÚTILES

Te dejo TRES consejos para aprender a gestionarlos.  

Aunque muchos usamos el término “celoso” como algo despectivo de lo que tenemos que huir en pareja, lo cierto es que estar celoso no es tóxico, es una emoción normal y deberíamos crecer sabiendo esto. Evitar los Celos, 3 consejos útiles  

Desde muy pequeños se nos enseña que debemos evitar ciertas emociones “no tengas envidia” o “no tengas celos” son algunas de las frases que oímos desde muy temprana edad. Tenemos celos por el nuevo hermanito, celos cuando no nos sentimos atendidos por nuestros padres o amigos y por muchas cosas más… Debería ser a esa edad en la que empezáramos a convivir gestionando la emoción que nos acompañará toda nuestra vida.

Los celos son algo natural de las personas, el problema aparece cuando los gestionamos mal. Te dejo tres consejos para aprender a gestionarlos en pareja

  1. Aprende a identificar cuando estás celoso, los primeros momentos pueden darte muchas pistas. En ocasiones se acompañan de pensamientos negativos o síntomas corporales: sudoración, presión en el pecho, etc. Este punto parece una tontería pero es muy importante, ya que a veces nos damos cuenta cuando es demasiado tarde. Tomar consciencia de la emoción nos ayudará a retener el impulso. En este momento te aconsejo que te repitas a ti mismo “estoy celoso” (para mandar esa información a tu cerebro de forma clara). 
  1. Aguanta la emoción todo el tiempo que puedas sin reaccionar. Es un punto complicado pero tendrás muchos beneficios. En este momento lo mejor es relajarte y poner el foco de atención en “cómo” te sientes y no en “porqué” te sientes así (esto es porque nuestros pensamientos pueden no ser ciertos al 100% y tenemos una tendencia innata a creérnoslos). También puedes intentar distraer tu atención. Pero lo importante es aguantar la emoción sin reaccionar. 
  1. Comunicárselo a tu pareja desde la vulnerabilidad y no desde el enfado. Para este punto es crucial haber aguantado la emoción todo el tiempo necesario hasta estar totalmente calmado y tranquilo para decírselo . Esto permitirá que tu pareja no se sienta atacada y pueda darte la seguridad que necesitas.  

Aunque tener celos es algo natural, su aparición puede deberse a varios factores (la mayoría relacionados con el miedo): Inseguridades, necesidad de control, miedo a la soledad, traumas por abandono, relacionar amor con celos por aprendizajes pasados, excesiva preocupación por su imagen social, etc.  

Cuando admitimos que sentimos celos en la mayoría de casos necesitamos aprobación y saber que no estamos en peligro. Por eso, también, es importante que la persona a la que hemos comunicado cómo nos sentimos nos apoye. Porque nadie tiene culpa de sentir celos, aunque no tenga razón. Pero para algunos casos esto último puede ser sumamente complicado, ya que, además de la dificultad que tiene comunicar los celos de forma asertiva, también debemos contemplar la idea de que una parte de la pareja dedique mucho tiempo a valorar los celos del otro y esto puede desgastar la relación. En esos casos la recomendación es acudir a terapia de pareja.  

Técnica para los problemas de comunicación en familia / pareja

Cuando convives en pareja o con tu familia, pueden aparecer muchos problemas de comunicación, y sentirte frustrado por cosas como “no me escucha, no me entiende” o incluso llegar a sentir que no hay posible comunicación sin acabar alzando la voz y diciendo cosas de las que, posiblemente, luego te acabas arrepintiendo. 

Entre muchas de las técnicas conocidas para este tipo de problemas te voy a contar en qué consiste la “Técnica del semáforo

Se trata de aprender a seleccionar el momento adecuado para comunicarse, haciendo referencia a que las personas somos como un semáforo. Cuando estamos en rojo la comunicación no es posible y tratar de hacerlo sería muy arriesgado, por lo tanto debe cortarse de inmediato la comunicación y esperar. Estar en naranja conlleva un menor riesgo pero sigue siendo recomendable esperar al momento óptimo, que, como ya supondrás, es el verde. 

Es sólo cuando ambos asumen estar “en verde” que podemos comunicarnos, siempre desde la empatía y desde el cariño que nos une.

Esta técnica no solo permite tranquilizarnos tras un momento tenso sinó que también aporta el tiempo que necesitamos las personas para reflexionar en lo que puedes aportar tú como individuo para evitar evitar enfrentamientos tan desagradables.

Aprender a comunicarnos con los otros conlleva un trabajo personal importante y adquirir herramientas esenciales para garantizar el entendimiento mutuo.