Las navidades, con sus reuniones familiares, sus luces y mensajes de felicidad, puede ser una época maravillosa.. o un recordatorio muy doloroso de la soledad. Para muchos son estas fechas las que les aíslan más del resto de personas, convirtiendo la soledad en un círculo vicioso.
¿Por qué nos sentimos más solos en Navidad?
No es solo cuestión de estar físicamente solos. La soledad es un estado emocional que puede aparecer incluso cuando estamos rodeados de gente. Durante las fiestas, varios factores conspiran para hacernos sentir así:
- El peso de las expectativas: En estas fechas, las redes sociales y la publicidad nos bombardean con imágenes de familias felices y momentos perfectos. Si nuestra realidad no se parece a ese ideal, el contraste puede ser doloroso.
- La nostalgia: La Navidad tiende a evocar recuerdos, y no todos son felices. La ausencia de seres queridos, rupturas recientes o tradiciones que ya no tienen lugar pueden hacernos revivir emociones difíciles.
- El aislamiento autoimpuesto: A veces, la tristeza nos lleva a evitar reuniones o conexiones con los demás, lo que termina reforzando el sentimiento de soledad. Este ciclo de aislamiento es lo que llamamos el “círculo vicioso de la soledad”.
¿Cómo salir del Círculo Vicioso?
- Crea tus propias tradiciones
La Navidad no tiene que ajustarse al molde tradicional. ¿Por qué no crear un ritual que te haga sentir bien? Cocinar algo especial, ver tu película favorita o decorar tu casa a tu manera pueden transformar estas fechas en algo personal y significativo.
- Conecta con los demás, aunque no los conozcas
El altruismo tiene un efecto increíble sobre la soledad. Participar en actividades como el voluntariado o ayudar a alguien cercano genera una conexión real y libera oxitocina, la hormona de la felicidad. Ayudar no solo les hace bien a los demás; también te hace sentir acompañado.
- Haz pequeñas llamadas al mundo exterior
No necesitas planear grandes reuniones para conectar. Una llamada a un amigo, un mensaje sincero o incluso charlar con un vecino puede hacerte sentir más cerca de los demás. Las pequeñas interacciones tienen un impacto más grande de lo que crees.
- Entrena tu gratitud
Tomarte cinco minutos al día para escribir tres cosas por las que estás agradecido cambia tu perspectiva. Estudios científicos demuestran que este simple hábito reduce la tristeza y refuerza tu bienestar emocional.
- Habla contigo mismo como lo harías con un amigo
Todos tenemos pensamientos negativos en momentos difíciles. “Nadie se preocupa por mí” o “Siempre estaré solo” son frases comunes que surgen en estos momentos. Para trabajar en la gestión de estos pensamientos, pregúntate: ¿Le dirías eso a un amigo que está pasando por lo mismo? Trata de ser más amable contigo mismo.
Además, aunque no lo parezca, la soledad puede convertirse en un momento de autodescubrimiento. Viktor Frankl, autor de El hombre en busca de sentido, decía que, cuando no podemos cambiar una situación, siempre podemos cambiar nuestra actitud hacia ella. Tal vez esta Navidad sea la oportunidad para conocerte mejor, encontrar nuevas pasiones o simplemente aprender a estar contigo mismo.
Si te sientes así, recuerda que no eres el único, recuerda que no estás solo en tu soledad. Muchas personas experimentan la soledad en Navidad, aunque no siempre lo digan. Lo importante es que existen formas de romper el círculo vicioso, conectar contigo mismo y, poco a poco, con los demás. Esta Navidad, en lugar de enfocarte en lo que falta, intenta crear algo nuevo, algo que sea tuyo.
Porque, al final, la verdadera esencia de estas fechas no está en tener una mesa llena, sino en encontrar pequeños momentos de paz y conexión, ya sea con los demás o contigo mismo.
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