Técnica para los problemas de comunicación en familia / pareja

Cuando convives en pareja o con tu familia, pueden aparecer muchos problemas de comunicación, y sentirte frustrado por cosas como “no me escucha, no me entiende” o incluso llegar a sentir que no hay posible comunicación sin acabar alzando la voz y diciendo cosas de las que, posiblemente, luego te acabas arrepintiendo. 

Entre muchas de las técnicas conocidas para este tipo de problemas te voy a contar en qué consiste la “Técnica del semáforo

Se trata de aprender a seleccionar el momento adecuado para comunicarse, haciendo referencia a que las personas somos como un semáforo. Cuando estamos en rojo la comunicación no es posible y tratar de hacerlo sería muy arriesgado, por lo tanto debe cortarse de inmediato la comunicación y esperar. Estar en naranja conlleva un menor riesgo pero sigue siendo recomendable esperar al momento óptimo, que, como ya supondrás, es el verde. 

Es sólo cuando ambos asumen estar “en verde” que podemos comunicarnos, siempre desde la empatía y desde el cariño que nos une.

Esta técnica no solo permite tranquilizarnos tras un momento tenso sinó que también aporta el tiempo que necesitamos las personas para reflexionar en lo que puedes aportar tú como individuo para evitar evitar enfrentamientos tan desagradables.

Aprender a comunicarnos con los otros conlleva un trabajo personal importante y adquirir herramientas esenciales para garantizar el entendimiento mutuo.

¿Por qué tengo ansiedad?

Muchas veces tenemos síntomas de ansiedad fuera de contextos estresantes, lo cual no concuerda bien con lo que entendemos por “ansiedad”. Por ejemplo, en la playa, con amigos o simplemente un día normal viendo la tv, en la ducha, dando un paseo etc. Es decir, situaciones que de por sí no requieren una alerta, porque no hay nada que nos esté preocupando en ese momento. Pero esto también tiene una explicación. 

Cuando nos sucede algún acontecimiento traumático o doloroso nuestros mecanismos de defensa generan anclajes con los estímulos que nos rodean. 

Por ejemplo, el día que te dejó tu novio había una pizzería cerca de ti. Podías sentir el olor a queso fundido, la gente hablando en el restaurante y había muchos carteles rojos con banderas de Italia. Después de unos meses o incluso años has superado por completo ese día que fue tan difícil. Pero caminando por la calle hueles ese queso, o en una sala llena de gente hay muchas conversaciones entrecortadas o, simplemente, paseando, ves algo de color rojo. 

Y el anclaje que hizo tu cerebro hace ya meses actúa y empieza a generarse esa ansiedad de forma automática, inconsciente, (porque así funcionan estos mecanismos) y empiezas a sentirte mal y te preguntas ¿Por qué tengo ansiedad?

Ante esta situación lo más importante es identificar cuales son tus anclajes y será desde ahí donde podemos empezar a trabajar. 

¿Necesito ir a terapia?

Esta pregunta es muy común cuando se está pasando por alguna situación complicada. Pero lo cierto es que muchas veces deberíamos plantearnos esto antes de llegar a tal punto. 

Lamentablemente aún existe esta falsa creencia de que si vas al psicólogo es porque tienes un problema súper grave. Pero la realidad es que en terapia hablamos de problemas habituales que tenemos todos, aprendemos a gestionar nuestras emociones ante ellos y así conseguimos entendernos mejor, hablarnos mejor y, en consecuencia, sentirnos mejor. No es necesario vivir un ataque de pánico para saber que necesitamos ayuda. 

Parece muy lógico acudir al médico para hacer revisiones y asegurarnos llegar a tiempo para conservar así nuestra salud física, pero ¿cuánto tiempo llevas sin revisar tu salud mental? Puede ser que incluso aún no lo hayas hecho nunca y no debes culparte por ello, así se nos enseña a lidiar con los problemas mentales: ignorándolos hasta llegar al final, hasta que no puedes más y entonces puede que te preguntes ¿Necesito ir a terapia?

Estas son NUEVE de las alarmas que te podrían indicar que necesitas un acompañamiento psicológico:

  • Problemas de gestión de emociones.
  • Síntomas de ansiedad, leves o moderados.
  • Sensación de apatía o poco placer por las cosas.
  • Irritabilidad o dificultades de comunicación.
  • Problemas de sueño.
  • Inseguridad con la imagen corporal.
  • Problemas familiares o laborales.
  • Poca motivación.
  • Problemas de conducta en casa.
  • Problemas de comunicación con tu pareja o amigos.

Si alguna de estas señales se encuentra afectando a tu vida diaria es un gran indicador de la necesidad de buscar un acompañamiento que te ayude a lidiar con las dificultades que puedes estar atravesando. 

¿Como saber si tengo ansiedad?

La ansiedad es el término que utilizamos para hablar de un conjunto de síntomas. Aunque no es necesario que todos se cumplan si que lo deben hacer muchos de ellos para saber si tenemos ansiedad. 

  • Me preocupo mucho por lo que puede pasar en el futuro.
  • Siento que me falta el aire.
  • Me encuentro agitado, inquieto o con palpitaciones en el corazón.
  • Tengo problemas a la hora de dormir.
  • Me siento irritado con las personas y conmigo mismo.
  • Me cuesta socializar.
  • Tengo problemas par concentrarme.
  • Me preocupo mucho por todo.

Es habitual encontrarnos con alguno de estos síntomas y pasarlos por alto. En ocasiones podemos identificar algo que nos está preocupando o produciendo estrés y acusarlo así del “culpable” de nuestra ansiedad. (Ej. He perdido mi puesto de trabajo). En otras ocasiones simplemente notamos los síntomas pero no sabemos de dónde viene. Pero lo cierto es que la ansiedad suele esconder algo.