En muchas ocasiones, la ansiedad por la comida aparece a altas horas de la madrugada. A veces podemos ganarle y dormir pero en otras ocasiones es el “hambre” o la gula el que se apodera de nosotros. El problema viene cuando, tras ir a comer algo, te sientes mal y sientes que no pudiste controlarlo.
Existen técnicas que ayudan a controlar las ganas de picar por la noche, pero no debes dejar de buscar a un profesional si te encuentras con alguna alarma que indique la posible presencia de un trastorno alimenticio.
Una de las técnicas que podrías probar es el “medidor del impulso”. Consiste en rellenar una botella de agua y dibujar 5 marcas, de arriba a abajo con separaciones cada vez más grandes, dejando entre la última raya y el final de la botella 4 dedos aproximadamente. Introduciremos agua hasta rebosar y se quedará en algún lugar entre tu habitación y la cocina.
Cuando aparezcan esas ganas de picar iras a la botella como haces de forma habitual y empezarás bebiendo el primer escalón, este debe tener agua suficiente como para saciar la sed o incluso un poco más. Este proceso se repite cada vez que intentes ir a por algo de picar, una vez acabada la botella puedes volver a rellenarla y volver a empezar. Se trata de engañar al cerebro llenando nuestro cuerpo de agua hasta dormirnos. Necesitaremos por lo menos 2-3 semanas hasta habituarnos y que sea un proceso natural.
Es importante recalcar que esta técnica no puede ser nunca sustituida por la cena o por una comida ya que el efecto inverso es potencialmente peligroso para la salud. En estos casos debo advertirte que puedes estar en los comienzos de un trastorno de alimentación ya que suelen disfrazarse de conductas en las que uno cree tener el control. Existen muchos tipos de trastornos alimenticios que nada tienen que ver con la Anorexia tan conocida, por ejemplo el trastorno por atracón, que consiste en ingerir cantidades elevadas de comida de forma descontrolada.