Muchas veces las personas pasamos por situaciones dolorosas que conllevan periodos de tristeza normales en el ser humano. El problema es cuando éstos nos dificultan continuar con la vida diaria o creemos que están durando más de lo esperado y entonces empezamos a sospechar de una posible depresión. En otras ocasiones parece no haber ningún hecho que nos esté provocando este malestar pero sí que tenemos muchos de los síntomas de esta enfermedad.
Estas son las señales de alerta y la sintomatología más habitual de la depresión:
- Sentimientos de tristeza, vacío o desesperanza la mayor parte del tiempo.
- Poco interés o placer por las cosas.
- Cambio en el peso (aumento o disminución) sin una causa médica.
- Problemas de aumento o falta de sueño.
- Agitación o retraso psicomotor.
- Pérdida de energía.
- Sentimientos de inutilidad o culpabilidad excesivos.
- Dificultades para concentrarse o para tomar decisiones.
Dentro de estas características existen multitud de especificadores y de parámetros que nos indicarían mejor en qué situación se encuentra el paciente. Pero, creo firmemente que, presentar al menos 4-5 de ellas son una alarma grande para buscar ayuda profesional.